Valenciano de nacimiento, y navarro de adopción, soy Aurelio, tengo 59 años, vivo en pareja en un pueblo de la comarca de Pamplona, y mis nietos me llaman Yeyo, ¡Ojo!, no confundir con Yayo, no es lo mismo, leer mis contenidos y lo entenderéis.

Las Trincheras

   Yo soy el primero en reconocerlo, he entrado en ese juego, y mentalmente he llegado, sin quererlo,  a radicalizarme y a pensar que todo es blanco o negro, que hay dos bandos, que todo se divide en buenos y malos, que apoyo y defiendo todo lo que hacen o dicen los míos, y rechazo todo lo que hacen o dicen los otros. Repito, mentalmente, he llegado a pensar de esa manera, sin quererlo, pero lo he hecho. He estado metido en las trincheras. Pero he cambiado, o eso creo yo. He reflexionado, me he dado cuenta de que eso es lo que quieren estos malditos políticos, y he conseguido apartarme de esa vorágine de odio y división. Luego te lo explico.

Disputa política agresiva

Y te preguntarás, amable lector, a que viene esto. Pues muy sencillo. Todos nosotros, españolitos de a pie, estamos siendo testigos de unos años a esta parte, de un espectáculo bochornoso del mundo de la política, que convierte la gestión de la cosa pública, en una política de trincheras, que lo que hace es convertir la batalla política en dos bandos, la izquierda y la derecha. Eso pasa en todas las democracias occidentales, eso no es lo malo. Lo malo es que los políticos de hoy en día, que en mi humilde opinión no son lo suficientemente válidos para jugar con nuestros destinos, para tapar esa deficiencia personal y esa incompetencia para la política, lo que se dedican a hacer es dividir a la sociedad, establecen dos bandos, los buenos, nosotros y los malos, los de enfrente. Y confrontan esos dos bandos de forma que o estás con los míos, o estás contra mí. Y no hay término medio. Se dedican a insultarse entre si, en busca de un like, o un me gusta en las redes sociales; solo miran en quedar bien ante sus correligionarios dándole un buen ‘zasca’ a los enemigos, pues así es como los consideran. Siempre gano yo, y siempre pierde el contrario. Y no solo eso, tengo que humillarlo y regodearme en ello. Y lo peor de todo es que lo hacen a conciencia; con esa actitud, lo que están haciendo es dividir, en lugar de sumar; pero eso les asegura un buen puñado de votos que a la hora de las elecciones les da la posibilidad de gobernar y de vencer al enemigo, y humillarlo. Por tanto lo hacen a propósito. Y nosotros les seguimos el juego, como tontos, como borregos. Por eso me he retirado de esa pantomima, para no participar de ese circo. Pero continuo con mi exposición.

Eso es lo que han hecho con los medios de comunicación. ¿Habéis visto algún programa matinal de actualidad en la televisión, donde debaten algunos periodistas de uno y otro bando, sobre los temas de política que surgen cada día?  En lugar de periodistas, parecen los mismos políticos mediocres, que hay en el congreso, pero sentados alrededor de una mesa y coordinados por un moderador que también participa del desaguisado. Unos defienden un bando y otros defienden el otro. Y no hay arreglo posible. En lugar de dialogar, confrontar opiniones, debatir, y defender sus posiciones, incluso respetar las opiniones contrarias, se dedican a tirarse los trastos a la cabeza y sacar a relucir eso tan manido del “y tu más”.

Debate periodístico agrio


Y eso es lo que pretenden hacer con los ciudadanos. Y, de hecho, con muchos de nosotros lo han conseguido. En el País Vasco y Navarra, hace ya mucho tiempo que no se habla de política entre los vecinos o conciudadanos, por razones obvias. Pero es que en Cataluña desde el ‘procés’, también está muy complicado hablar de política incluso entre familiares, pues las discusiones políticas acaban en disputas y rencores que cambian por completo las relaciones entre parientes. No digamos en la calle.

Y eso es lo que está pasando en el resto de España. Nos están robando temas de conversación. Yo recuerdo que cuando vivía en Alicante, podía charlar de política tranquilamente con un compañero de trabajo, o un buen amigo sin siquiera compartir ideas, cada uno nos respetábamos y exponíamos nuestra opinión, y la charla se acababa de lo más amistosa. Hoy en día, eso ha cambiado mucho; sino se acaba a gritos, defendiendo cada uno lo suyo, se prefiere callar sin llegar a ninguna conclusión, para que la relación no se enturbie, y se mantenga normal. Imagina eso entre personas que no se conocen. Por eso, las charlas políticas entre conciudadanos están más restringidas que antaño.

También hay algo que han conseguido los políticos de hoy en día, con nosotros los ciudadanos, y es la lealtad a un partido. A base de dividirnos y de enfrentarnos unos con otros, han conseguido que nos aferremos a un partido u otro, a una ideología u otra, a las izquierdas o a las derechas. Y eso nos enfrenta, nos divide, nos separa. Antiguamente, no le guardábamos fidelidad al partido al que habíamos votado, si lo hacía bien, lo volviamos a votar, y si no, pues cambiábamos el sentido de nuestro voto. Hoy en día eso no es posible, Somos de un partido u otro como quien es del Barça o del Madrid, siempre fieles a nuestro partido; porque preferimos lo malo de nuestro gobierno, a que gobierne el de enfrente, que presuponemos que es peor. Y no nos damos cuenta de que los partidos, mejor dicho, los políticos de los partidos a los que les damos nuestra fidelidad, despues de salir elegidos, juegan con nuestros votos como les da la gana, hacen lo que les sale de las narices, nunca lo que han prometido en campaña, siempre lo contrario. Y tienen unos privilegios que no son capaces de prescindir de ellos, aunque sea por guardar unas formas y mantener una imagen de solidaridad para con los ciudadanos que lo están pasando mal.

Y así es como están las cosas. Como he empezado diciendo en este post, yo también he caído en esta radicalización en su momento, pero he reaccionado, me he dado cuenta del error, y últimamente estoy mucho mas pasota en temas de política. Me mantengo informado, porque hay que estar al día, pero sobrellevo mucho mas tranquilamente los desvaríos de unos y otros políticos, y no me dejo afectar por sus diatribas, sus tejemanejes, y sus disputas. Me gustaría que los demás ciudadanos hicieran lo mismo, que no se dejen llevar como borregos, no se dejen guiar por falsos mesias, y piensen por ellos mismos. Y actuen en consecuencia. Cuando lleguen las elecciones, iré a votar en función de como lo hayan hecho. Y votaré en conciencia. En vista de la pésima clase política que tenemos, tendré que votar al menos malo, pero tengo la absoluta seguridad de que lo haré. Pese a quien le pese.

 ¡¡Hasta la próxima!!

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La Salud Mental


 Introducción

   Hoy he querido hablar de la salud mental, y como ya te podrás imaginar, ni soy psicólogo, ni un experto en la materia, pero igual que cualquiera, puedo instruirme, y leer sobre el tema en distintas páginas especializadas, y poder expresar mis opiniones y alguna que otra conclusión que yo saque de esa lectura. Y eso es lo que he hecho, para poder escribir este artículo. También te referiré a los sitios donde he leído y extraído la información que aporte yo aquí. Te puedo asegurar que son sitios web de prestigio y que saben de lo que hablan. Puedes comprobarlo tu mismo. Los enlaces son:

 

Salud Mental 1

Definición

Por lo que respecta a la salud mental, la OMS, la define como un estado de bienestar mental, que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente, e integrarse en su entorno. Lógicamente, la salud mental de cada uno es muy personal, introspectiva, y emocional, y cada uno de nosotros la vivimos de una manera completamente diferente del resto. Lo que para uno puede ser perfectamente tolerable mentalmente, no tiene porque serlo para otro. Por tanto, es un concepto muy subjetivo. Pero si se han intentado establecer algunos criterios comunes para todos, por lo que una persona con buena salud mental debe cumplir con una serie de puntos

      ·  Debe ser capaz de llevar una vida estable, y controlar sus altibajos emocionales correctamente.

  • Debe contribuir positivamente a su comunidad, mediante los estudios, el trabajo, cuidados de familiares, etc.
  • Debe poder superar un obstáculo en su vida de manera satisfactoria.
  • Debe mantener relaciones saludables con los demás, y ser capaz de comunicar sus necesidades de forma clara. O sea, saber vivir en comunidad.

¿Qué puede afectar a mi salud mental?

La buena salud mental, no siempre permanece inalterada, puede verse afectada por distintos factores, que la pueden empeorar:

      ·         Factores biológicos, como la genética o la química del cerebro. 
      ·         Experiencias de vida, como traumas o abusos. 
      ·         Antecedentes familiares de problemas de salud mental. 
      ·         Nuestro estilo de vida, como la dieta, actividad física, o consumo de sustancias.

También la salud mental puede cambiar con el tiempo, debido a situaciones que pueden ser agotadoras, por la larga duración en el tiempo de situaciones adversas, y contrariar nuestra capacidad de luchar contra ello. Ejemplos de ello, pueden ser, una enfermedad crónica, cuidar a un paciente enfermo durante una larga convalecencia, tener problemas de dinero, etc.

Señales que se pueden advertir por un problema de salud mental

Como he dicho antes, cada uno de nosotros afrontamos de manera diferente las adversidades de la vida y las circunstancias vitales que nos pueden afectar, por lo que los problemas mentales son muy subjetivos y dependen de cada cual, pero hay una serie de señales que nos pueden advertir de sufrir algún problema mental. Estos pueden ser:

       ·         Cambios en sus hábitos alimenticios o de sueño.
       ·         Aislarse de la personas y actividades que disfruta.
       ·         Tener poca o ninguna energía.
       ·         Sentirse vacío o como si nada importase.
       ·         Tener dolores y molestias inexplicables.
       ·         Sentirse impotente o sin esperanza.
       ·         Fumar, beber o usar drogas más de lo habitual.
       ·         Sentirse inusualmente confundido, olvidadizo, enojado, molesto, preocupado o asustado.
       ·         Tener cambios de humor severos que causen problemas en sus relaciones.
       ·         Tener pensamientos y recuerdos que no se pueden sacarse de la cabeza.
       ·         Escuchar voces o creer cosas que no son ciertas.
       ·         Pensar en lastimarse a si mismo o a otros.
       ·         No poder realizar tareas diarias como cuidar a sus hijos, o ir al trabajo, o a la escuela.

Hay ejemplos de enfermedades mentales que son tratados por la psicología, como son, por ejemplo, la psicosis, la esquizofrenia, los trastornos alimenticios, la ansiedad, la depresión, y distintos trastornos de personalidad.

Psicólogo tratando a una paciente

Importancia de la salud mental y emocional

Como sabes, tengo ya unos añitos, y peino canas, pocas, pero alguna peino. El recuerdo que yo tengo de mi infancia y mis años de vida laboral, que ya son unos cuantos, no alberga para nada problemas de salud mental, pero no solo en mi caso, tampoco en mi entorno, a lo largo de los años, y tampoco había noticias de que hubiera en la sociedad problemas de salud mental, mas allá de los típicos problemas serios, como las esquizofrenias, las deficiencias mentales y otros problemas cuyo tratamiento se hacía en un centro especializado, y cuya mala fama era patente. Era un tema, que sin duda existía, pero era tabú, no se hablaba de ello. Yo no he sufrido de estrés nunca, o si lo he sufrido, no lo he achacado al estrés, o no lo he considerado malo, simplemente normal en una situación agobiante, que me ha hecho pasar un mal rato, y cuando se ha acabado, he recuperado la normalidad. Pero ya digo, antes estas cosas sencillamente no pasaban, eramos capaces de superarlas sin problemas. Con el paso de los años, la vida misma, tan ajetreada que vivimos actualmente, la importancia que ha cobrado la salud mental, y, porqué no decirlo, la misma educación de nuestros hijos o nietos, más laxa que antiguamente, han hecho que la salud mental se haya convertido en un problema a tratar, y que estamos cuidando bastante más, pues, aunque no lo parezca, también puede afectar a nuestra faceta física, como por ejemplo algunas cardiopatías. Y afecta a cualquier fase de la vida, desde la niñez hasta la vejez. Los problemas de salud mental afectan a la misma escuela, en nuestros niños, o al trabajo en la edad adulta, o incluso en la vejez.

Que hacer en caso de un problema de salud mental

Hoy en día, problemas como el estrés, la ansiedad, o la depresión, están a la orden del día. Y de eso se deben encargar los psicólogos o psicoanalistas, de mantener en nosotros, una adecuada salud mental, para tener una vida lo más feliz y estable posible, y aumentar así, nuestra esperanza de vida, y saber afrontar de manera satisfactoria los retos que nos propone la vida. Por eso, cuando pensemos o nos indiquen, que podemos estar sufriendo un problema de salud mental, lo que debemos hacer inmediatamente es acudir al consejo de un especialista, un prodesional, que es el más indicado para solucionar ese problema. No seré yo el que te diga lo que debes hacer, primera, por que no tengo ninguna preparación, y segunda, porque en internet no están las soluciones a todos los problemas, te puede servir de orientación, pero no establecer un diagnóstico y mucho menos un tratamiento. Sin embargo hay material audiovisual, que te puede ayudar a salir de un problema mental o a evitar que caigas en uno, como por ejemplo, échale un vistazo a este video y te puede servir de orientación.

¡¡Hasta la próxima!!

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