El otro día me dio por echarle un vistazo a una plataforma de video a la que estoy suscrito, y rebuscando por su catálogo, me encontré una película cuyo título me llamó la atención. Era la última peli de Dani Rovira, y lo primero que pensé fue que me iba a reír un rato; pero cuando leí la sinopsis, me di cuenta de que no era así. Se trataba de una película seria, “de tema” como llamo yo a las pelis que tienen un argumento y son serias. Me sorprendió en Dani Rovira, pero lo asumí, intrigado, y me dispuse a verla. Era “El Bus de la Vida”.

Me encantó, la seguí absolutamente toda sin pestañear, me enganchó desde el principio, y la reí, y la lloré hasta el final. No voy a contar nada del argumento ni voy a desvelar algún secreto de la película, por si alguien de los que me leéis, quiere verla. Solo quiero dedicar este post a comentar algunas conclusiones que yo he extraído, y las reflexiones que se me han venido a la cabeza después de verla.
No es que la peli me haya abierto los ojos y de repente se me haya hecho la luz y lo he descubierto ahora. Son reflexiones que me confirman lo que ya venía pensando desde mucho tiempo antes. Sin duda, la experiencia es un grado, y los años que he vivido y las experiencias sufridas, me dan el empaque suficiente para poder tomarme la vida de una manera concreta. Quiero hacer un par de reflexiones.
Primero, la vida. El concepto que tenemos los seres humanos
de la vida, mejor dicho, de como vivirla. Está claro, que se vive la vida de
formas diferentes, en función de los años que se tienen, o las circunstancias
vitales que nos atañen. Me explico: Una persona joven, con poca o moderada
experiencia, y sana, vive la vida teniendo muy en cuenta el futuro, lo que ha
de venir, preparándose en el presente para poder afrontar lo que pueda llegar
en el futuro. O al menos así ha sido siempre. La preocupación por el futuro. Entonces,
busca trabajar en el hoy, para asegurarse el mañana. Aunque nunca nadie puede
saber lo que vendrá mañana. Por otro lado, una persona mayor, que ya cuenta
muchos años, peina canas, y ya ha vivido muchas experiencias, o una persona
enferma terminal, ya no tiene en cuenta tanto el futuro, solo quiere disfrutar
el hoy, porque no sabe si habrá un mañana. O está retirada de la vida laboral,
apartada ya de muchas facetas vitales, por motivos obvios, o simplemente ya no
cuentan con ella para casi nada. Por eso, para esa persona, lo mas importante
es el hoy, el ahora. Mañana Dios dirá.
A los mayores, yo no soy nadie para decirles como deben
vivir sus años de vejez, los respeto demasiado para eso, y cada cual que haga
lo que considere oportuno. Pero a los jóvenes, si quiero decirles algo. Con
todo el respeto del mundo. La vida es muy corta, y el hecho de ser jóvenes, no
significa que les queden muchos años de vida, los cementerios tienen mucha
gente joven. Nadie sabe, ni siquiera ellos, lo que nos queda de vida. Un
accidente, una enfermedad, una fatalidad, cualquier cosa puede acabar con
nosotros, y la edad no importa en ello. Yo entiendo que se mire por el futuro,
por lo que pueda venir, prepararse para el día de mañana, aunque no sepamos lo
que vendrá. Pero no dejemos por ello, de disfrutar del hoy. El presente también
existe. Hay muchas cosas que se pueden disfrutar hoy y la gente joven puede y
debe disfrutar. No olvidemos el futuro, de acuerdo, pero vivamos el hoy. El
trabajo, la familia, los amigos, la fiesta de vez en cuando, los hijos, que nos
atan mucho, son todo tipo de cosas que podemos disfrutar o sufrir hoy y debemos
hacerlo, no le demos la espalda a nada, pues quizá luego sea tarde, y nos
arrepintamos, y ya no tendrá arreglo. Si miramos la vida con optimismo,
positividad, buen rollo, y alegría, la juventud se nos hará muy larga, seremos
mayores de edad, pero no de espíritu. Y si el cuerpo nos respeta, podemos
llegar hasta el momento final de nuestras vidas con buen ánimo y buena disposición
para afrontar nuestros últimos años.
Vive la vida tal como viene, afróntala de cara, prepárate
para el futuro, sin olvidarte de vivir el presente. Solo así, llegarás a mayor; a esa edad en la que tantos y tantos recuerdos se tienen, pensando que has
vivido lo suficiente, lo necesario, pero también lo obligatorio, para disfrutar
de tu vejez, plena de vivencias, recuerdos, y vida.
Y recuerda, la vida es muy corta, aunque eso solo lo
entenderás cuando seas mayor.
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