En España, siempre en términos políticos, se ha hablado de la izquierda y de la derecha, o del centro, aunque hace ya años que ese término ya no se utiliza, y se pasó a hablar del centro izquierda y del centro derecha. Pero de un tiempo a esta parte, solo se habla de izquierda y de derecha. Y eso es porque los partidos políticos han extremado y radicalizado sus posturas, e incluso, en los 10 o 15 últimos años, han surgido partidos realmente extremos, tanto a izquierda como a derecha. Supongo que os estáis dando cuenta, a poco que estéis informados de la actualidad, de que los políticos nos están queriendo dividir a los ciudadanos, en dos bandos, la izquierda y la derecha, y además lo están haciendo con maldad, o sea, intentando enfrentarnos a un bando contra el otro, o estás conmigo o estás contra mí. Si no os habéis dado cuenta, fijaros en lo que dicen unos y otros, y lo comprobareis. Pero no miréis solo al contrario vuestro, intentar ser un poco objetivos y mirar también al propio, y veréis como también tiene un comportamiento similar. Yo, humildemente, quiero en este post, denunciar esta situación a la que nos tienen abocados los políticos actuales y luchar contra esa división a la que nos quieren llevar; que ambas opciones son perfectamente válidas, pero siempre desde la moderación, desde el respeto, y la educación. Por eso, y después de estar buceando por la red, me he encontrado con unos cuantos sitios en los que se habla de las posturas de izquierdas y las posturas de derechas, y sus diferencias. De eso quiero hablaros en este post, y quiero hacerlo respetando ambas posiciones, y mostrando que las dos son perfectamente aplicables en los tiempos actuales, pues ambas quieren lograr el bienestar social, aunque desde caminos diferentes, pero siempre desde la moderación y respetando al que no piensa como tú.
Anécdota histórica

El origen de esta dicotomía izquierda/derecha, proviene
desde la previa de la revolución francesa, cuando se llevó a cabo la primera
Asamblea Nacional Constituyente francesa, en 1789, en la que a la derecha del
presidente de la Asamblea se colocaron la aristocracia, la alta burguesía y el
clero, que defendían el statu quo, eran conservadores de la situación tal y
como estaba; y a la izquierda, se colocaron los partidarios del poder popular,
campesinos, y baja burguesía, que reclamaban más derechos, y mejores
condiciones sociales y económicas. A partir de ahí, durante el siglo XIX y el
siglo XX se profundizó en esa dicotomía, hasta nuestros días, en pleno siglo
XXI.

La Izquierda política

La Derecha política

La derecha política es una corriente ideológica, cuya
característica principal es conseguir el bienestar individual por encima del
colectivo, para lograr el bienestar social del conjunto. Para ello, la derecha
busca la igualdad de oportunidades, la libre competencia en el mercado, y la
defensa de la propiedad privada, como ejes para conseguir ese bienestar social.
Desde el punto de vista económico, para la Derecha el Estado no debe intervenir
en el sistema económico, ni en el mercado, pues él solo se puede autorregular
para conseguir el equilibrio. La distribución de la riqueza se efectúa de
acuerdo con criterios de meritocracia, según el esfuerzo y la contribución de
cada individuo. Desde el punto de vista político, hay varias visiones, desde el
poder dictatorial y centralizado, hasta el sistema democrático con elecciones
libres, y participación de partidos políticos. En España, desde 1975, con la
creación de un sistema democrático y la Constitución de 1977, la derecha
política española, se ha posicionado en un sistema democrático, conservador,
con valores tradicionales cristianos, pero partidaria del progreso tecnológico,
y defendiendo las libertades individuales, el libre mercado, y la mínima
intervención del Estado en la economía, para garantizar el progreso de la
sociedad.
El siglo XXI
He comentado antes que las posturas izquierda/derecha se han
mantenido así en España, respetuosas con el marco constitucional, durante los
finales del siglo XX. ¿Pero qué está pasando en este siglo XXI? La política
está degenerando, lo que antes se respetaba, ahora ya no, lo que antes eran
dogmas de fe, ahora se los saltan a la torera, las normas no escritas que antes
eran respetadas y valoradas, ya no lo son, y cada partido cumple con lo que le viene bien,
y lo que no le viene bien, lo critica, y no lo respeta. Y no digamos los
debates en el Congreso o el Senado, tan agrios y faltos de una mínima educación
y respeto. La pregunta que me hago es si esta degeneración política, es por
causa de los partidos o por causa de las personas que dirigen esos partidos, o
sea, los políticos. A ello ha contribuido la aparición en el espectro político
de este país, de partidos de izquierdas y de derechas, radicalizados,
insolentes e irrespetuosos con el establishment constitucional y democrático
que ya teníamos interiorizado, y absolutamente respetado, con sus defectos, por
supuesto, pero totalmente instaurado, y aceptado.

Conclusión personal
Y ahora es cuando vuelvo a lo que dije al principio, de que
las izquierdas y las derechas, se están radicalizando, y extremando. Yo
reclamo, desde mi humilde posición de ciudadano libre, la vuelta de la
socialdemocracia y el centro derecha, que son posiciones respetuosas, no solo
con la democracia, la Constitución y la libertad individual, sino también con
las formas, y los usos y costumbres que existen, necesarios para una vida
política más limpia, o también las normas no escritas, que también son importantes
en la vida política, y en la imagen de nuestros políticos y partidos. En los
últimos tiempos, de este siglo XXI, los partidos y sobre todo, los políticos, se
han vuelto egoístas, solo piensan en ellos, en su conveniencia, incluso por
encima de los ciudadanos, a quien se supone que deben servir. Nunca cometen
errores, siempre tienen razón, siempre ganan, nunca pierden, y de autocrítica,
nada de nada. Todo vale, si es bueno a nuestro partido, y lo que no nos vale,
es criticable, y reprochable. La culpa de todo siempre es del otro, nunca de uno mismo. Así es la política de este siglo XXI, con estos
partidos y principalmente, estos políticos. Quiero reconoceros, amables
lectores, que siento hastío por esta política, siento repugnancia por todo lo
que representan estos políticos actuales, sus comportamientos, su manera de
actuar, su manera de hablar, en el Congreso, en el Senado, en cualquier
entrevista, que por cierto solo hacen a los medios de comunicación, que le son
amables, y no quieren saber nada de los que le son hostiles. Voy a votar, y
tengo mis ideas políticas, como seguro que tenéis vosotros también, amables
lectores, pero no puedo evitar hacerlo, con las narices tapadas. Los ciudadanos
solo estamos para, cada cuatro años, elegir a un Parlamento, nada más. El
Gobierno luego lo forman ellos, los partidos. La política actual solo les sirve
a ellos, a los políticos, no a nosotros. Nosotros les importamos un bledo,
somos la excusa para sus disputas, sus combates y sus debates. Nada más. ¿Qué
fue de esa socialdemocracia de Felipe González, o de Alfonso Guerra, o incluso
de Rubalcaba, o Almunia? ¿O de esos debates inteligentes y respetuosos que
protagonizaban Suarez y González, o Aznar y Almunia? O incluso Julio Anguita, que
generaba debates muy elegantes e inteligentes. ¿Qué fue del centro derecha del
PP? Ahora todos están radicalizados, todos se han ido a los extremos, y han
dejado huérfano al centro, que es donde creo yo que estamos instalados la
inmensa mayoría de los ciudadanos de este país, y donde más cómodos nos
encontramos. Y lo peor de todo, es que no se atisba ningún futuro claro a esta
situación. Se cumple la ley de Murphy, si todo puede ir a peor, irá a peor. Es
lo que me temo.
¡¡Hasta la próxima!!
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