Valenciano de nacimiento, y navarro de adopción, soy Aurelio, tengo 59 años, vivo en pareja en un pueblo de la comarca de Pamplona, y mis nietos me llaman Yeyo, ¡Ojo!, no confundir con Yayo, no es lo mismo, leer mis contenidos y lo entenderéis.

Valencia

   ¡Qué decir de Valencia! Es mi tierra, donde nací, donde me crie; mi más tierna infancia la pasé allí; mi adolescencia, y buena parte de mi juventud, respiraron el aire de esa maravillosa ciudad. Me siento valenciano por los cuatro costados. Todo lo que allí había era mi mundo, no existía otra ciudad más que Valencia. Debido a los medios limitados de mi familia, salíamos poco o nada a conocer algo mas que no fuera la ciudad. Mi padre era el típico emigrante a Alemania de aquellos años, a buscarse la vida fuera porque aquí, no encontraba trabajo. Yo nací en Valencia, pero bien podía haber nacido en Alemania, pues mis padres se vinieron a España, para que naciera yo. Y después se volvieron conmigo en un canasto, y sin pasar la aduana. O sea, yo he sido un sin papeles en el país germano. ¡Qué cosas! En mi familia solo estábamos en ese momento, mi hermana Pilar, que me lleva 4 años, y yo, un bebé.

Aurelio de pequeñito

   Cuando me destetaron, y empezaba a cumplir años, me llevaron con unas tías abuelas, hermanas de mi abuela, que vivían en el Grao, junto al puerto de Valencia, y al lado justo de la playa de las Arenas, y el balneario que allí había. Viví con ellas, algún tiempo, pero no sabría decir cuánto, más de un año, seguro, pues pasaba fallas, navidades y veranos muy felices. Mis tías, ¡que buen recuerdo tengo de ellas!, las tengo en un buen lugar dentro de mi corazón, han formado parte de mi vida, y han jugado un papel muy importante en ella, me han criado de pequeñito, me han dado todo el cariño de que han sido capaces, incluso de mas mayor, me han ayudado económicamente, por lo que solo puedo decir cosas buenas de ellas. Las tías Matildín, Evalín y Hortensia. Allá donde estén, les mando muchos besos con todo mi cariño. Ello me lleva al resto de mi familia, por parte de mi madre, y que vivía en Valencia, y era mi abuela, que en paz descanse, mi tia Mari Carmen, y mis primas Ana y Martha, con su padre, por supuesto, al que yo respetaba enormemente, mi tio José, también fallecido. También estaban los Requena, pero a estos los veía menos, aunque les tenían en alta estima.

    Pero el tiempo pasaba, y era hora de volver a vivir con mis padres, aunque me pesara, pues yo estaba muy a gusto con mis tías. Mi padre volvió de Alemania, había nacido mi hermano Fede, al que le llevo 3 años, también mi hermana Maty, a la que le llevo 5, y finalmente, Daniel, que le llevo 7 años. Mi infancia fue transcurriendo así, entre la humildad, y la precariedad, la situación económica nos fue acostumbrando a tener lo justo y a no pedir mas de lo que buenamente se podía. Y nos conformábamos. Sabíamos que no había mas de lo que había. Puede parecer que no, pero es una lección muy importante, hay que aprender que las cosas no se regalan, sino que se ganan, y esa lección la aprendimos mis hermanos y yo, muy pronto.

   Mi padre se mostró siempre como un padre riguroso, estricto, con mal carácter, muchas veces, pero quizá era lo que necesitábamos, un padre que nos llevara por el camino correcto. ¿Se pasó de la raya? Quizá, hay quien piensa que sí; yo soy más positivo, y opino que las cosas pasan por algo, y siempre veo todo, con optimismo, o como dice el dicho, no hay mal que cien años dure. Y eso que estuve enfadado con mi padre durante bastantes años, pero, si fue así, quizá era por que debía ser así. En sus últimos días, quise reconciliarme con él, y pude despedirle en paz. Sin embargo, mi madre era toda dulzura, muy buena, nos protegía siempre de los ataques de mi padre, y era ella la que se llevaba siempre las regañinas por defendernos, lo cual le sabía a cuerno quemado a mi padre. 

Mi madre con mis hermanos y yo

Pero volvemos a la infancia. Al lado de mi casa, en la calle del hospital, había un hospital viejo, que lo derribaron, y convirtieron en un parque, y salvaron un edificio, en forma de cruz, que reconvirtieron en una biblioteca. Esas dos instalaciones fueron muy importantes en mi infancia, pues pasé allí, largas horas con mi hermano Fede, y otros amigos, jugando, leyendo comics u otros libros, estudiando, en fin; tengo muy buenos recuerdos de amigos como Santos, Eduardo, Juanan, Requena, Enrique, Juanvi, Cabolo, Eder, Marcos, y otros muchos que mi memoria no consigue rememorar, pues ya hace de aquello muchos años; en aquel jardín, fue donde pasaba mis ratos de ocio en mi infancia, jugaba al futbol y a todo lo que se pudiera jugar; y también en mi adolescencia. Allí fue donde conocí mi primer amor. Una muchacha que vivía por la zona, y que me gustó, y yo a ella, y que hubo un sentimiento muy bonito, mutuo, y puro. Ella se llama Mari Paz, y es de mis lectoras, así que le mando un saludo desde aquí. Un beso Mari Paz, que sepas que guardo muy buen recuerdo de ti y de aquellos tiempos.

   También quiero dedicarle un recuerdo a mi vecino Héctor, con el que hemos jugado tantas y tantas veces al futbol cuando éramos críos. Por cierto, fue él, el que me inició en mi afición al equipo de mis amores, el Valencia C.F., del cual soy todavía seguidor, y lo seré siempre.

Aurelio en la academia Castellanos

   El colegio de mis primeros cursos fue la academia Castellanos, que era de pago, pero pronto mis padres me pasaron a un colegio público, y ahí fuimos todos mis hermanos, al colegio nacional Luis Vives. Tengo muchos recuerdos de ese colegio; aun estábamos separados las chicas de los chicos; en aquellos tiempos, aun se rezaba a la Virgen María, en el mes de mayo, aunque poco a poco se fue diluyendo esa tradición. También tenía dos centros diferentes, estaba el colegio en la calle Cuenca, y otras dependencias, en la calle Guillem de Castro, donde cursábamos los últimos años de la EGB, los chicos. Yo terminé allí la enseñanza básica, y después pasé al instituto Luis Vives, frente a la estación del Norte, a estudiar el BUP de aquellos entonces. Allí conocí a nuevos amigos, nuevos compañeros, empecé a sentirme atraído por las chicas, en fin, la adolescencia pura y dura. Tuve mi época de rebeldía, como todos en esas edades, y pasé una época un tanto difícil, pero duró lo que duró, y se acabó.

notas de la selectividad
Si veis en la foto, tengo toda la pinta de un adolescente, verdad?

   Terminé el COU, e hice el examen de selectividad, y lo aprobé, por lo que tenía libre el acceso a la universidad. Y allí que me fui. A la facultad de derecho. Solo hice dos años, pero, me pilló la mili, y me fui al ejército. A la vuelta ya no era el mismo. Después de un año y pico de mili, no había aprendido nada, no había servido para nada. Solo a escaquearme, pues eso es lo que se hacía en la mili. En esa época, me despendolé un poco, salía a menudo con los amigos, y el plan ya no era el de jugar en el parque, sino de irnos a las discotecas, o pubs; recuerdo todavía, el pub Calcata, en el que hemos pasado días y días, ligando y jugando al futbolín. O Woody, o Distrito 10. No tenía presupuesto para estos quehaceres, pero me financiaban un poco, mis tías, de las que he hablado al principio, y aunque no daba para mucho, a mí me valía.

Aurelio de jovencito y ya casado

   Fue, al poco tiempo de acabar el servicio militar cuando conocí a la que sería mi primera mujer, Rosa, y madre de mi hijo. Fue en Lezuza, el pueblo natal de mi padre, un pueblecito de Albacete, donde pasábamos todos los veranos en familia, y del cual tendré tiempo de hablar en otro post, más adelante.  A mi padre no le gustaba que yo tonteara con Rosa, pero yo si quería seguir con ella. Estuvimos un año, ennoviados, y mientras tanto, enfadados mi padre y yo, por ello. Había llegado la hora de enfrentarme a él, y así fue. Durante el verano siguiente, me fui a Novelda, provincia de Alicante, donde ella vivía, a trabajar en el campo. Fue mi primer trabajo, y era duro; el trabajo en el campo es muy duro, pero lo hice, y me gané mi primer sueldo. Estaba enamorado de ella, y era la cosa que mas clara había tenido en toda mi corta vida hasta entonces. Era bastante inmaduro, pero estaba enamorado. Así que un 20 de septiembre, por cierto, mi cumpleaños, la situación era insostenible en mi casa, con mi padre, y cogí un poco de ropa, en una bolsa de deporte, y me marché de Valencia, en dirección a Novelda. Estaba decidido a seguir adelante mi relación con Rosa, y a llegar hasta donde hiciera falta. Y mi padre no podría impedírmelo. Pero esto es tema de otro post, que más adelante os relataré.

A partir de aquí, mi valencianía no disminuyó, seguía siendo muy valenciano, pero empecé a descubrir que hay mas sitios donde también se vive bien. Y aquí termina mi vida en Valencia, después de este momento, he vuelto a Valencia muchas veces, pero ya de visita. A ver a la familia, a atender a mi madre cuando se puso muy malita, a las fallas, y alguna vez más. Pero de todo eso y mas cosas, ya os hablaré mas adelante, en otro post.

 

¡¡Hasta la próxima!!

 

 

  

Share:
Location: 31600 Burlada, Navarra, España

0 comments:

Publicar un comentario

Comenta lo que quieras. Pero sin insultar, y siempre con respeto

Traductor

Redes Sociales

YouTube Sígueme en Facebook Sígueme en WhatsApp Sígueme en Instagram Sígueme en TikTok

El Yeyo
La opinión es libre. Respeto y opinión, ese es mi lema.

Vistas de página en total

© 2024 Aurelio Vázquez